Si está considerando la compra de un alimentador de barras para su torno de cabezal fijo, es posible que se enfrente a la elección entre un alimentador largo o uno corto.
La decisión depende de numerosos factores técnicos, productivos y logísticos. Saber cuándo preferir una solución larga frente a una corta es esencial para aprovechar al máximo el potencial de su instalación productiva y obtener el mayor retorno de la inversión.

Un alimentador de barras largo es capaz de gestionar una barra completa de entre 2 y 6 metros de longitud, sin necesidad de corte previo, incluso más allá de la longitud del husillo del torno.
Este tipo de alimentador gestiona la rotación de la barra en su interior, controla de forma autónoma la recuperación del remanente al final del mecanizado y se utiliza ampliamente también en aplicaciones con cabezal móvil, ya que puede seguir los movimientos del cabezal móvil.

Un cargador corto, en cambio, es un alimentador con dimensiones más compactas. No aloja la barra que se está mecanizando en su interior ni incorpora la recuperación del remanente.
La elección entre un alimentador de barras largo y un cargador corto depende de múltiples variables relacionadas con la aplicación y los requisitos productivos. El espacio ocupado en planta es solo el aspecto más visible: en realidad, entran en juego muchos otros factores, como la compatibilidad con el modelo de torno, el tamaño de los lotes, la necesidad de optimizar los tiempos de ciclo y la demanda de mayor flexibilidad.
Es recomendable optar por un alimentador de barras largo si se reconoce en uno o más de los siguientes escenarios:
Si trabaja con barras más largas que el husillo –por ejemplo, una de las longitudes comerciales más comunes, 3 metros–, un alimentador de barras largo le permite cargarlas a longitud completa, sin necesidad de corte previo.
El material puede cargarse directamente en la máquina, sin ninguna preparación anterior, ahorrando tiempo, esfuerzo y costes.
El uso de un alimentador de barras largo permite producir un solo remanente por barra, ya que carga la barra completa sin necesidad de corte. Esto reduce significativamente los desperdicios y mejora el aprovechamiento de la materia prima.
El beneficio aumenta proporcionalmente con la longitud de la barra: se obtienen resultados aún mejores con barras de 4 o 6 metros, no solo de 3 metros.
Materiales como aleaciones de alta gama o aceros especiales suelen tener costes elevados y largos plazos de aprovisionamiento. Un alimentador de barras largo permite aprovechar al máximo cada barra, generando un solo remanente por ciclo.
Esto optimiza el uso de la materia prima, reduce pérdidas y se traduce en ahorros significativos.
Una de las principales ventajas de un alimentador de barras largo es su mayor autonomía productiva.
Ciclos de trabajo prolongados –por ejemplo, superiores a 8 horas al día– o el mecanizado de piezas largas que requieren una parte significativa de la barra implican un mayor consumo de material.
El uso de un alimentador de barras largo garantiza una mayor capacidad de almacenamiento integrada. Esto incrementa la cantidad de material disponible en el cargador y reduce las interrupciones por la carga de nuevas barras, permitiendo que el torno funcione durante más tiempo sin paradas.
El alimentador de barras largo es la solución ideal para respaldar una producción sin supervisión. Gracias a su capacidad para almacenar barras más largas en mayores cantidades, el torno puede funcionar de forma autónoma durante periodos prolongados, sin necesidad de intervenciones manuales frecuentes.
Esto permite que las máquinas trabajen en turnos ampliados, garantizando la continuidad de la producción y maximizando la eficiencia global.
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Elegir un alimentador de barras largo representa una inversión estratégica cuando su producción requiere autonomía, continuidad y reducción de los costes operativos. Es la solución ideal para talleres que:
Antes de decidir entre un alimentador de barras largo y un cargador corto, evalúe cuidadosamente su contexto específico: volumen de producción, tipo de piezas mecanizadas, espacio disponible y objetivos de automatización.
Un análisis detallado de sus necesidades le permitirá elegir la solución más adecuada y maximizar su retorno de la inversión.